sábado, 28 de febrero de 2009

De cuantas maneras se puede destruir un corazón y esperar que siga latiendo. Parte 2

Había comenzado el segundo mes de mi estadía en Isla Esme.
Recordaba a Bella a cada segundo, aunque mis ansias de volver se habían aplacado un poco, no así mi sed. Desde que me encontraba en Isla Esme mi sed había aumentado, debía salir de caza con mayor frecuencia y abandonaba la isla al menos un par de veces por semana para cazar fuera de ella.
Fue en una de esas partidas de caza donde sentí una voz que sobresalió sobre las demás “El vampiro de ojos amarillos esta aquí otra vez”. Sorprendido busqué el origen de la voz. Me sentía acechado y a la vez preocupado, las únicas vampiresas que conocía en Brasil era Senna y Zafrina pero ellas vivían internadas en la selva.
Mientras intentaba encontrar a la dueña de la voz que me había quitado la poca paz que me quedaba sin Bella, decidí alejarme de la cuidad y ver si la vampiresa me seguía. Estaba en un lugar concurrido y con el sol en su cenit no era el momento para mostrarse.
Comencé a correr en dirección a un pequeño bosquecillo que había a un par de kilómetros de los suburbios. Cuando llegué allí, esperé a ver si oía de nuevo la misteriosa voz que había hablado de mí. No pasaron dos minutos y había vuelto a oírla, esta vez decía: “Contrólate, contrólate”. Comencé a escrutar cada uno de los rostros de la veintena de personas que se encontraban en las lindes del pequeño hijo de la selva. Sólo una joven logró llamar mi atención, estaba cubierta de pies a cabeza, al igual que yo, aunque ella poseía lentes ahumados. Parecía descompuesta, rápidamente corrí hacia ella y la alcé; antes de que ella pudiera reaccionar nos encontrábamos cubiertos y protegidos por el follaje. Una vez a cubierto la dejé en el suelo y escrutando su mente dije:
-Dime quién eres-
La joven pareció hacer oídos sordos a mi pregunta, tanto como con su boca, como con su mente. Sin embargo, comenzó a quitarse lentamente los lentes, luego la gorra y un par de remeras, finalmente quedó en musculosa y jeans. Su piel era de mate pálido, tenía cabello largo, ondulado y castaño. Era sumamente bella, sólo una cosa opacaba su bello rostro: Sus ojos, dos ojos grandes y redondos ojos pero de un rojo intenso y profundo.
-¿Quién eres tú, extranjero? Mi nombre es Anahí-
-Deseo saber tu verdadero nombre- respondí, en su cabeza había resonado otro bastante diferente.
-No miento- fue su respuesta, para mi sorpresa, era verdad.



1 comentario:

Ally Evanik dijo...

me encanta el fic !!!
esta muy bueno ya quiero saber que sigue ^^
bae bae